“Estudia como si fueras a vivir por siempre, y vive como si fueras a morir mañana.”
jueves, 3 de julio de 2014
HISTORIA
INTRODUCCIÓN: Al término de la II
Guerra Mundial, se instauró una disputa entre las dos superpotencias mundiales:
la U.R.S.S. y EE.UU; comenzando una era de espionaje y conflictos bélicos. Pero
este conflicto no podía llegar al enfrentamiento armado directo, por eso se le
dio el nombre de guerra fría o guerra no existente.
CONCEPTO: Fue un conflicto que
tuvo una duración desde 1945 hasta 1991, entre los dos bloques más importantes
que han existido, cuya principal causa fue que ambas potencias deseaban
implantar su modelo de gobierno en todo el planeta. A esta guerra también se le
conoce con el nombre de “Guerra no Existente”, debido a que no se produjo un
enfrentamiento militar directo, es decir no hubo una lucha armada; sino más
bien recurrieron a un sistema de espionaje. Sin embargo, la ideología, la
perspectiva económica, política y social que
ambos bloques impusieron marcaron los últimos cincuenta años del siglo XX.
BLOQUES:

Debido a esto, E.E.U.U, reaccionó con la
doctrina Truman, que buscaba oponerse a dicho expansionismo soviético. Esta estrategia, logró establecer límites a la
expansión de la Unión Soviética, pero no intervino en los países donde el
comunismo ya se había instalado.
De este modo, Europa se convirtió en el
principal escenario de la Guerra Fría, con dos bloques bien definidos: Europa Occidental, encabezado por
Estados Unidos y una economía capitalista. Para este bloque, la
democracia significaba el desarrollo de las libertades individuales en un
contexto de liberalismo parlamentario respetuoso. Y Europa Oriental, bajo la influencia de la Unión Soviética y una
economía socialista. Para el bloque
oriental, la libertad individual no tenía ningún valor, el objetivo era
conseguir una igualdad total entre todos los habitantes de un país comunista;
la igualdad de posibilidades.
A la línea
imaginaria que los dividía se le denominó “cortina de hierro”.
ESTRATEGIAS ECONÓMICAS Y MILITARES:
-
Estados
Unidos: En lo económico, se
creó El Plan Marshall; cuya finalidad
fue ayudar económicamente a los países europeos arruinados por la guerra, además
de frenar el
posible acceso al poder de partidos comunistas en las democracias occidentales
europeas (como en Francia o Italia). En lo militar, la Organización del Tratado
del Atlántico Norte, creada en 1949
para proteger a los países capitalistas europeos de la amenaza soviética.
-
Unión soviética: En lo económico, el Comecon, también creado
en 1949, agrupó a los regímenes
comunistas de Europa Oriental, así como a países asiáticos como Mongolia y
Vietnam, y americanos como Cuba. En lo militar, el Pacto de Varsovia,
creado en 1955, unía a los Estados comunistas europeos, excepto Yugoslavia;
además, contrarrestaba las decisiones del OTAN.
FASES:
1) Periodo de Máxima Tensión (1947 –
1956): Los dos bloques ampliaron sus áreas de influencia,
produciéndose varios roces y dos grandes crisis: la de Berlín en 1948 y la
guerra de Corea en (1950- 1953).
2) Coexistencia Pacífica (1956 – 1977): Fue
un periodo en el que se inició el diálogo y la relajación entre las dos
superpotencias. Pese a eso, se produjeron conflictos como la crisis de los
misiles soviéticos en Cuba (1962) y la intervención norteamericana en la guerra
de Vietnam (1964- 1975).
3) Rebrote de la Guerra Fría (1977 –
1985): La Unión Soviética, incrementó su presencia en el
tercer mundo, debido al triunfo de revoluciones socialistas en Centroamérica
(Nicaragua) y África (Etiopía, Angola, Mozambique) y su fracasada intervención
militar en Afganistán.
4) El Fin de la Guerra Fría (1985- 1991):
Estados Unidos, bajo el gobierno de Ronald Regaen, apoyó a dictaduras militares
de derecha en Latinoamérica e impulsó el Proyecto de Defensa Estratégica. En
1985 la ascensión de Gorbachov al poder aceleró la caída de la Guerra Fría, ya
que éste tenía una política de mayor acercamiento a USA. En 1991 el pacto de
Varsovia cae y la Unión soviética colapsó poniendo fin a la Guerra Fría.
CONSECUENCIAS:
-
Estados Unidos y la Unión Soviética acumularon grandes
arsenales de armas atómicas y misiles balísticos.
-
Se formaron los bloques militares de OTAN y el
Pacto de Varsovia.
-
Se llegó hasta los conflictos destructivos
de Vietnam y Corea.
-
La Unión Soviética se derrumbó debido a
sus debilidades económicas.
-
Se derribó el Muro de Berlín y se
desintegró el Pacto de Varsovia.
-
Los estados del Báltico y algunas
repúblicas ex soviéticas lograron la independencia.
-
América se convirtió en la única superpotencia
del mundo.
-
Se derrumbó el comunismo.
LITERATURA
POETA DE TODA LA VIDA
de la poesía universal,
ilustre ejemplo de imitar.
Resististe golpes fuertes de la vida
como en tus Heraldos Negros
para trascender las fronteras
y erigirte como el más grande
Marcaste con letras de oro
en el libro de la historia y la vida
tu nombre y el de
nuestro querido Perú
Cual profeta cumpliste tu sueño
de me moriré en París
con un tenue aguacero
en una tarde de abril
Hoy que vives en el olimpo de las letras
serás recordado por siempre
como tus poemas humanos.
AUTORA:
Brenda Sánchez Hualtibamba.
ANÁLISIS
LITERARIO DE LA DIVINA COMEDIA

1) Datos de la obra
Autor: Dante Alighieri.
Procedencia: italiano
Genero: Poesía épica – teológica.
Especie: Epopeya.
2) Argumento:
Infierno.- Perdido Dante en la selva oscura, una pantera, un león y
una loba le interceptan el paso. Beatriz (la gracia o sabiduría divina) envía
en su ayuda a su poeta favorito, Virgilio, que le ampara y se le ofrece como guía.
Después de pasar el Aqueronte penetran en el Infierno. Recorren los nueve
círculos concéntricos infernales:
El primer círculo, es el limbo.
El segundo círculo, están los lujuriosos.
El tercer círculo está lleno de gulosos.
El cuarto círculo, están los avaros y derrochadores
El quinto círculo, se encuentran los iracundos e indolentes / los
soberbios y envidiosos.
El sexto círculo, se encuentran los herejes.
El séptimo círculo, se encuentran los violentos y asesinos.
El octavo círculo, se
encuentran los fraudulentos
En el noveno círculo se encuentran los traidores.
Estos van estrechándose en forma
de un inmenso embudo, donde están los condenados sufriendo penas horribles. La
cúspide de este cono invertido coincide con el centro de la Tierra. En lo más
profundo del anfiteatro infernal se halla Lucifer. Dante y Virgilio interrogan
a los condenados, que sufren penas terribles en relación a sus culpas. En esta
descripción del infierno, Dante pinta episodios de una grandeza imponderable. Dante
se encuentra en el Infierno con personajes históricos y contemporáneos, con
amigos y enemigos, sobre los que lanza su tormento y su juicio implacable.
Purgatorio.- Por la puerta de San Pedro ascendieron a un monte, lugar donde se purifica el espíritu. Es el purgatorio, compuesto por nueve círculos o gradas en forma cónica. Por ellas suben las almas, y en cada círculo se purifican de un pecado. En la grada más alta se encuentra la entrada al Paraíso. Para entrar en el Purgatorio, las almas se reúnen en la desembocadura del Tíber. Guarda la puerta Catón, símbolo de la moral pagana. Dante describe las penas las penas de los condenados con esperanza.
Paraíso.- Llegan al Paraíso. Encuentra a Beatriz y Virgilio desaparece, ya que, como pagano, no puede acompañarle a la tercera mansión. Beatriz y Dante son transportados a las mansiones celestiales, formadas por nueve círculos, donde los bienaventurados gozan de la inefable presencia de Dios.
Cada círculo es una esfera que: envuelve otras inferiores. En el octavo cielo ve a los espíritus triunfantes: la «Virgen María», el «Arcángel San Gabriel», los bienaventurados. El noveno o cristalino representa las jerarquía angélicas. Luego viene el «Empíreo»; pero a Dante le faltaron las fuerzas al querer expresar directamente la visión a Dios. Beatriz ocupa su trono celestial, y a los ruegos de San Bernardo, consigue el poeta vislumbrar la luz eterna de la esencia divina. Beatriz resulta divinizada por la fantasía de Dante como en sus poesías de la «Vita Nuova».
3) Tema central: El destino de las almas después de la muerte.
Purgatorio.- Por la puerta de San Pedro ascendieron a un monte, lugar donde se purifica el espíritu. Es el purgatorio, compuesto por nueve círculos o gradas en forma cónica. Por ellas suben las almas, y en cada círculo se purifican de un pecado. En la grada más alta se encuentra la entrada al Paraíso. Para entrar en el Purgatorio, las almas se reúnen en la desembocadura del Tíber. Guarda la puerta Catón, símbolo de la moral pagana. Dante describe las penas las penas de los condenados con esperanza.
Paraíso.- Llegan al Paraíso. Encuentra a Beatriz y Virgilio desaparece, ya que, como pagano, no puede acompañarle a la tercera mansión. Beatriz y Dante son transportados a las mansiones celestiales, formadas por nueve círculos, donde los bienaventurados gozan de la inefable presencia de Dios.
Cada círculo es una esfera que: envuelve otras inferiores. En el octavo cielo ve a los espíritus triunfantes: la «Virgen María», el «Arcángel San Gabriel», los bienaventurados. El noveno o cristalino representa las jerarquía angélicas. Luego viene el «Empíreo»; pero a Dante le faltaron las fuerzas al querer expresar directamente la visión a Dios. Beatriz ocupa su trono celestial, y a los ruegos de San Bernardo, consigue el poeta vislumbrar la luz eterna de la esencia divina. Beatriz resulta divinizada por la fantasía de Dante como en sus poesías de la «Vita Nuova».
3) Tema central: El destino de las almas después de la muerte.
4) Personajes:
a) Principales:
• Dante.- Protagonista de la obra, quien a través de su viaje al más allá ayudara al ser humano en su conversión al bien.
• Virgilio.- Maestro y guía de Dante, conducirá al hombre al Paraíso.
• Beatriz Portinari.- Amada de Dante. Es la virtud, la perfección. El ideal de lo que debe ser el hombre. Representa a Dios.
• Lebrel.- Señor de Verona, protector de Dante. Será, en la simbología de la obra, la salvación de Italia, la salvación de la sociedad.
• Virgen María.- Madre de Jesús, cuyo ejemplo de virtud, entrega y resignación, debe ser un espejo de la humanidad.
• Apóstoles: Pedro, representa la fe; Santiago, la esperanza; y Juan, la caridad.
b) Secundarios:
- Ciacco
- Farinata
- Campaneo
- Ubaldino de Pila
- Matilde
- Estacio
a) Principales:
• Dante.- Protagonista de la obra, quien a través de su viaje al más allá ayudara al ser humano en su conversión al bien.
• Virgilio.- Maestro y guía de Dante, conducirá al hombre al Paraíso.
• Beatriz Portinari.- Amada de Dante. Es la virtud, la perfección. El ideal de lo que debe ser el hombre. Representa a Dios.
• Lebrel.- Señor de Verona, protector de Dante. Será, en la simbología de la obra, la salvación de Italia, la salvación de la sociedad.
• Virgen María.- Madre de Jesús, cuyo ejemplo de virtud, entrega y resignación, debe ser un espejo de la humanidad.
• Apóstoles: Pedro, representa la fe; Santiago, la esperanza; y Juan, la caridad.
b) Secundarios:
- Ciacco
- Farinata
- Campaneo
- Ubaldino de Pila
- Matilde
- Estacio
EL CORAZÓN DELATOR
EDGAR ALLAN POE

Me
resulta imposible decir cómo surgió en mi cabeza esa idea por primera vez;
pero, una vez concebida, me persiguió día y noche. No perseguía ningún fin. No
había pasión. Yo quería mucho al viejo. Nunca me había hecho nada malo. Nunca
me había insultado. no deseaba su oro. Creo que fue su ojo. ¡Sí, eso fue! Tenía
un ojo semejante al de un buitre. Era un ojo de un color azul pálido, con una
fina película delante. Cada vez que posaba ese ojo en mí, se me enfriaba la
sangre; y así, muy gradualmente, fui decidiendo quitarle la vida al viejo y
quitarme así de encima ese ojo para siempre.
Pues
bien, así fue. Usted creerá que estoy loco. Los locos no saben nada. Pero
debería haberme visto. Debería usted haber visto con qué sabiduría procedí, con
qué cuidado, con qué previsión, con qué disimulo me puse a trabajar. Nunca
había sido tan amable con el viejo como la semana antes de matarlo. Y cada
noche, cerca de medianoche, yo hacía girar el picaporte de su puerta y la
abría, con mucho cuidado. Y después, cuando la había abierto lo suficiente para
pasar la cabeza, levantaba una linterna cerrada, completamente cerrada, de modo
que no se viera ninguna luz, y tras ella pasaba la cabeza. ¡Cómo se habría
reído usted si hubiera visto con qué astucia pasaba la cabeza! La movía muy
despacio, muy lentamente, para no molestar el sueño del viejo. Me llevaba una
hora meter toda la cabeza por esa abertura hasta donde podía verlo dormir sobre
su cama. ¡Ja! ¿Podría un loco actuar con tanta prudencia? Y luego, cuando mi
cabeza estaba bien dentro de la habitación, abría la linterna con cautela, con
mucho cuidado (porque las bisagras hacían ruido), hasta que un solo rayo de luz
cayera sobre el ojo de buitre. Hice todo esto durante siete largas noches, cada
noche cerca de las doce, pero siempre encontraba el ojo cerrado y era imposible
hacer el trabajo, ya que no era el viejo quien me irritaba, sino su ojo. Y cada
mañana, cuando amanecía, iba sin miedo a su habitación y le hablaba
resueltamente, llamándole por su nombre con voz cordial y preguntándole cómo
había pasado la noche. Por tanto verá usted que tendría que haber sido un viejo
muy astuto para sospechar que cada noche, a las doce, yo iba a mirarlo mientras
dormía.
La
octava noche, fui más cuidadoso cuando abrí la puerta. El minutero de un reloj
de pulsera se mueve más rápido de lo que se movía mi mano. Nunca antes había
sentido el alcance de mi fuerza, de mi sagacidad. Casi no podía contener mis
sentimientos de triunfo, al pensar que estaba abriendo la puerta poco a poco, y
él ni soñaba con el secreto de mis acciones e ideas. Me reí entre dientes ante
esa idea. Y tal vez me oyó porque se movió en la cama, de repente, como
sobresaltado. Pensará usted que retrocedí, pero no fue así. Su habitación
estaba tan negra como la noche más cerrada, ya que él cerraba las persianas por
miedo a que entraran ladrones; entonces, sabía que no me vería abrir la puerta
y seguí empujando suavemente, suavemente.
Ya
había introducido la cabeza y estaba para abrir la linterna, cuando mi pulgar
resbaló con el cierre metálico y el viejo se incorporó en la cama, gritando:
-¿Quién
anda ahí?
Me
quedé quieto y no dije nada. Durante una hora entera, no moví ni un músculo y
mientras tanto no oí que volviera a acostarse en la cama. Aún estaba sentado,
escuchando, como había hecho yo mismo, noche tras noche, escuchando los relojes
de la muerte en la pared.
Oí de
pronto un quejido y supe que era el quejido del terror mortal, no era un
quejido de dolor o tristeza. ¡No! Era el sonido ahogado que brota del fondo del
alma cuando el espanto la sobrecoge. Yo conocía perfectamente ese sonido.
Muchas veces, justo a medianoche, cuando todo el mundo dormía, surgió de mi
pecho, profundizando con su temible eco, los terrores que me enloquecían. Digo
que lo conocía bien. Sabía lo que el viejo sentía y sentí lástima por él,
aunque me reía en el fondo de mi corazón. Sabía que él había estado despierto
desde el primer débil sonido, cuando se había vuelto en la cama. Sus miedos
habían crecido desde entonces. Había estado intentando imaginar que aquel ruido
era inofensivo, pero no podía. Se había estado diciendo a sí mismo: "No es
más que el viento en la chimenea, no es más que un ratón que camina sobre el
suelo", o "No es más que un grillo que chirrió una sola vez".
Sí, había tratado de convencerse de estas suposiciones, pero era en vano. Todo
en vano, ya que la muerte, al acercársele se había deslizado furtiva y envolvía
a su víctima. Y era la fúnebre influencia de aquella imperceptible sombra la
que le movía a sentir, aunque no veía ni oía, a sentir la presencia dentro de
la habitación.
Cuando
hube esperado mucho tiempo, muy pacientemente, sin oír que se acostara, decidí
abrir un poco, muy poco, una ranura en la linterna. Entonces la abrí -no sabe
usted con qué suavidad- hasta que, por fin, su solo rayo, como el hilo de una
telaraña, brotó de la ranura y cayó de lleno sobre el ojo del buitre.
Estaba
abierto, bien abierto y me enfurecí mientras lo miraba, lo veía con total
claridad, de un azul apagado, con aquella terrible película que me helaba el
alma. Pero no podía ver nada de la cara o del cuerpo, ya que había dirigido el
rayo, como por instinto, exactamente al punto maldito.
¿No
le he dicho que lo que usted cree locura es solo mayor agudeza de los sentidos?
Luego llegó a mis oídos un suave, triste y rápido sonido como el que hace un
reloj cuando está envuelto en algodón. Aquel sonido también me era familiar.
Era el latido del corazón del viejo. Aumentó mi furia, como el redoblar de un
tambor estimula al soldado en batalla.
Sin
embargo, incluso en ese momento me contuve y seguí callado. Apenas respiraba.
Mantuve la linterna inmóvil. Intenté mantener con toda firmeza la luz sobre el
ojo. Mientras tanto, el infernal latido del corazón iba en aumento. Crecía cada
vez más rápido y más fuerte a cada instante. El terror del viejo debe haber
sido espantoso. Era cada vez más fuerte, más fuerte... ¿Me entiende? Le he
dicho que soy nervioso y así es. Pues bien, en la hora muerta de la noche,
entre el atroz silencio de la antigua casa, un ruido tan extraño me excitaba
con un terror incontrolable. Sin embargo, por unos minutos más me contuve y me
quedé quieto. Pero el latido era cada vez más fuerte, más fuerte. Creí que
aquel corazón iba a explotar. Y se apoderó de mí una nueva ansiedad: ¡Los
vecinos podrían escuchar el latido del corazón! ¡Al viejo le había llegado la
hora! Con un fuerte grito, abrí la linterna y me precipité en la habitación. El
viejo clamó una vez, sólo una vez. En un momento, lo tiré al suelo y arrojé la
pesada cama sobre él. Después sonreí alegremente al ver que el hecho estaba
consumado. Pero, durante muchos minutos, el corazón siguió latiendo con un
sonido ahogado. Sin embargo, no me preocupaba, porque el latido no podría oírse
a través de la pared. Finalmente, cesó. El viejo estaba muerto. Quité la cama y
examiné el cuerpo. Sí, estaba duro, duro como una piedra. Pasé mi mano sobre el
corazón y allí la dejé durante unos minutos. No había pulsaciones. Estaba
muerto. Su ojo ya no me preocuparía más.
Si
aún me cree usted loco, no pensará lo mismo cuando describa las sabias
precauciones que tomé para esconder el cadáver. La noche avanzaba y trabajé con
rapidez, pero en silencio. En primer lugar descuarticé el cadáver. Le corté la
cabeza, los brazos y las piernas. Después levanté tres planchas del suelo de la
habitación y deposité los restos en el hueco. Luego coloqué las tablas con
tanta inteligencia y astucia que ningún ojo humano, ni siquiera el suyo, podría
haber detectado nada extraño. No había nada que limpiar; no había manchas de
ningún tipo, ni siquiera de sangre. Había sido demasiado precavido para eso.
Todo estaba recogido. ¡Ja, ja!
Cuando
terminé con estas tareas, eran las cuatro... Todavía oscuro como medianoche. Al
sonar la campanada de la hora, golpearon la puerta de la calle. Bajé a abrir
muy tranquilo, ya que no había anda que temer. Entraron tres hombres que se
presentaron, muy cordialmente, como oficiales de la policía. Un vecino había
oído un grito durante la noche, por lo cual había sospechas de algún atentado.
Se había hecho una denuncia en la policía, y ellos, los oficiales, habían sido
enviados a registrar el lugar. Sonreí, ya que no había nada que temer. Di la
bienvenida a los caballeros. Dije que el alarido había sido producido por mí
durante un sueño. Dije que el viejo estaba fuera, en el campo. Llevé a los
visitantes por toda la casa. Les dije que registraran bien. Por fin los llevé a
su habitación, les enseñé sus tesoros, seguros e intactos. En el entusiasmo de
mi confianza, llevé sillas al cuarto y les dije que descansaran allí mientras
yo, con la salvaje audacia que me daba mi triunfo perfecto, colocaba mi silla
sobre el mismo lugar donde reposaba el cadáver de la víctima.
Los
oficiales se mostraron satisfechos. Mi forma de proceder los había convencido.
Yo me sentía especialmente cómodo. Se sentaron y hablaron de cosas comunes
mientras yo les contestaba muy animado. Pero, de repente, empecé a sentir que
me ponía pálido y deseé que se fueran. Me dolía la cabeza y me pareció oír un
sonido; pero se quedaron sentados y siguieron conversando. El ruido se hizo más
claro, cada vez más claro. Hablé más como para olvidarme de esa sensación; pero
cada vez se hacía más claro... hasta que por fin me di cuenta de que el ruido
no estaba en mis oídos.
Sin
duda, me había puesto muy pálido, pero hablé con más fluidez y en voz más alta.
Sin embargo, el ruido aumentaba. ¿Qué hacer? Era un sonido bajo, sordo,
rápido... como el sonido de un reloj de pulsera envuelto en algodón. Traté de
recuperar el aliento... pero los oficiales no lo oyeron. Hablé más rápido, con
más vehemencia, pero el ruido seguía aumentando. Me puse de pie y empecé a
discutir sobre cosas insignificantes en voz muy alta y con violentos gestos;
pero el sonido crecía continuamente. ¿Por qué no se iban? Caminé de un lado a
otro con pasos fuerte, como furioso por las observaciones de aquellos hombres; pero
el sonido seguía creciendo. ¡Oh, Dios! ¿Qué podía hacer yo? Me salía espuma de
la rabia... maldije... juré balanceando la silla sobre la cual me había
sentado, raspé con ella las tablas del suelo, pero el ruido aumentaba su tono
cada vez más. Crecía y crecía y era cada vez más fuerte. Y sin embargo los
hombres seguían conversando tranquilamente y sonreían. ¿Era posible que no
oyeran? ¡Dios Todopoderoso! ¡No, no! ¡Claro que oían! ¡Y sospechaban! ¡Lo
sabían! ¡Se estaban burlando de mi horror! Esto es lo que pasaba y así lo
pienso ahora. Todo era preferible a esta agonía. Cualquier cosa era más
soportable que este espanto. ¡Ya no aguantaba más esas hipócritas sonrisas!
Sentía que debía gritar o morir. Y entonces, otra vez, escuchen... ¡más
fuerte..., más fuerte..., más fuerte!
-¡No
finjan más, malvados! -grité- . ¡Confieso que lo maté! ¡Levanten esas
tablas!... ¡Aquí..., aquí! ¡Donde está latiendo su horrible corazón!
EDGAR
ALLAN POE: EL INVENTOR DEL MIEDO

En la
mayoría de sus relatos aborda una temática psicológica, que con un estilo irónico
y mordaz, trata de describir las perturbaciones de la persona que muchas veces
las lleva a la locura e incluso hasta la muerte.
Poe,
en lo personal, es uno de los genios de la literatura, un creador completo con
una inteligente visión y una capacidad para la sátira brillante. Las diversas
experiencias vividas y algunos rasgos personales de Edgar Allan Poe, sirvieron
a este gran autor para la creación de muchas de sus obras.
Si
bien es cierto, tal vez la vida del autor no fue color de rosa, pero en realidad
esa característica es la clave de su éxito. Tal como se muestra en “El Barril
del Amontillado” o en “El Gato Negro” , obras donde sus personajes principales
son personas alcohólicas; en este último cuento, los problemas con el alcohol
que tenía el protagonista, hicieron que este asesinara a su mascota y a su
esposa. Algo similar ocurrió en la vida de Allan Poe, ya que su adicción al
alcohol y a las drogas provocó su temprana muerte.
Lo
que se puede notar en sus escritos es el reflejo del alma en pena de un hombre
que perdió su corazón, a su amada y a las pocas personas que el apreciaba en
realidad. En “El Retrato Oval”; por ejemplo, se describe el dibujo de una bella
mujer , que se sabe, estaba inspirado en el pequeño recuerdo que Poe tuvo de su
madre, quien falleció dejándolo huérfano cuando él era aún pequeño.
Poe
en las páginas de sus obras trata de explicar el comportamiento de nuestra
mente y la agudeza de los sentidos; esta agudeza que despierta al meditar la
oscilación del Péndulo, escuchar la sentencia de un Cuervo, reconocer la
presencia de la Muerte Roja, sentir los latidos del Corazón Delator o
sorprenderse ante la amnesia de Egaeus.
Como
conclusión diré que, en los escritos de Edgar Allan Poe, uno puede perderse
poco a poco, a tal punto de que no se deja de leer hasta saber el desenlace de
la historia. Su manera tan mágica y detallada de escribir y describir, permite
sumergirse en el mundo de la imaginación. Pero lo más impresionante y admirable
es que en cada una de sus obras se esconde algún rasgo o aspecto importante de
la vida de este gran autor.
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